Lo que significa seguir a Cristo
18 Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores.
19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.
20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.
21 Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.
22 Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.
Solemos identificarnos como seguidores de Cristo, pero ¿qué significa eso de verdad? Cuando el Señor Jesús llamó a Pedro, Andrés, Santiago y Juan para que lo siguieran, ellos dejaron físicamente lo que estaban haciendo para ir con Él. Los discípulos tenían evidencias tangibles: podían ver la dirección en la que el Señor los llevaba y escuchar sus palabras. Pero, ¿cómo podemos seguir a Cristo hoy en día? Al examinar el pasaje bíblico de hoy, vemos cuatro elementos esenciales que nos muestran cómo ser verdaderos seguidores de Jesucristo:
1. Los discípulos escucharon la voz del Señor. Hoy Cristo nos habla por medio de su Palabra, dando instrucciones y guía mediante mandamientos específicos, principios espirituales y ejemplos bíblicos. Y en nosotros, tenemos al Espíritu Santo que dirige nuestro camino y nos corrige cuando nos descarriamos.
2. Obedecieron sin demora. Una vez que los discípulos escucharon la orden del Señor, cumplieron de inmediato. Seguir a Cristo no solo requiere que hagamos lo que dice, sino también cuándo y cómo dice que lo hagamos.
3. Dejaron algo atrás. Para seguir a Cristo, los discípulos abandonaron las comodidades del hogar y la seguridad de un salario. Otros creyentes pueden ser llamados a renunciar a algo muy diferente.
4. Se concentraron en el propósito más elevado que Cristo les ofreció. En lugar de ganarse la vida, Cristo les prometió una vida con un propósito eterno: convertirse en pescadores de hombres para el reino de Dios.
Ser seguidores de Cristo no es solo identificarse con Él; es un compromiso de obediencia que exige dejar atrás cualquier cosa que se interponga en el camino de vivir por completo para Él.