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¿Es genuina su fe?

13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Durante mi primer pastorado en las montañas de Carolina del Norte, viajaba por toda la zona para conocer gente, hablarles del Señor e invitarles a la iglesia. Todos decían creer en Dios, aunque muchos no tenían ningún interés en la iglesia o en la Biblia, y sus vidas no mostraban evidencia de salvación. Dudaba que cualquier fe que tuvieran les llevaría al cielo.
Creer en vano es a lo mejor más común en la iglesia de lo que nos gustaría admitir. Algunas personas asumen que son cristianas por el solo hecho de haberse criado en una familia cristiana, o porque han asistido a la iglesia desde la infancia. A veces, creen en la realidad del Señor Jesús, de la misma manera que están seguros de que George Washington existió.
Pero también hay muchas personas que limitan a propósito lo que creen acerca de Cristo y su Palabra. No quieren una fe que les exija abandonar sus pecados y cambiar su estilo de vida. Si se les pregunta qué creen, pueden responder que su fe es un asunto privado.
A otras personas se les ha hecho pensar que son salvas debido a una experiencia. Pueden haber escuchado una confusa invitación a hacer del Señor Jesús una parte de su vida, o tal vez un encuentro en una iglesia les hizo sentirse cerca de Dios.
El pasaje de hoy es una advertencia seria. ¿Cómo podemos estar seguros de que nuestra fe es genuina y nuestra salvación segura? El Señor Jesús dijo que la prueba está en nuestra obediencia a la Palabra de Dios. Si estamos en Cristo, la evidencia se hará evidente por medio de nuestro carácter, conducta y conversación.