top of page
Buscar
  • Foto del escritorAdmin

El Dios que satisfice todas las necesidades


Efesios 1.3-8


Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,

según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,

en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,


Las personas tienden a dividir la vida en categorías, separando asuntos relacionados con el trabajo, el hogar, la fe y el entretenimiento. Pero no es así como nos ve el Señor. Su interés en sus hijos no se limita a los asuntos espirituales; también le importan los detalles de la vida cotidiana.


La Biblia afirma que Dios se ocupa de mantener nuestros cuerpos alimentados (Lc 12.29), nuestras mentes con sabiduría (Stg 1.5), y nuestros corazones calmados (Fil 4.7). Y puesto que los creyentes estamos en unión con Cristo por medio de su Espíritu que mora en nosotros, cada aspecto de nuestra existencia tiene una conexión espiritual. No hay momento en el día en que la vida del creyente se separe en componentes “sagrados” y “seculares”. El corazón ansioso que nos distrae de la oración es tan objeto de preocupación para Dios, como la mente cansada que se desliza hacia la tentación.


Las Sagradas Escrituras enfatizan el compromiso de Dios con el creyente: “Su poder divino nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad” (2 P 1.3 LBLA). El Señor no se limita a crear la piedad en nosotros. Los detalles diarios de la vida también le importan. Nunca debemos preguntarnos si Dios puede o quiere satisfacer nuestras necesidades. Nuestro Padre celestial nos da a los creyentes todo lo que necesitamos para aumentar nuestra fe, ya sea que eso signifique alimento, consuelo, conocimiento o paz (Lm 3.22).


El Padre celestial amoroso ve a sus hijos en su totalidad, no a seres físicos con una vida espiritual al lado. Nos engañamos cuando pensamos que Dios está interesado solo en nuestras necesidades espirituales. Él tiene muchas clases de bendiciones para darnos, si se las pedimos.


5 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page